EL DISCO /

the album  

Los autores de estas obras, casi todos bandoneonistas, han construido sus vidas alrededor de una música y un instrumento. Cada historia es como un fueye, en el que se pueden estirar o achicar cientos de vivencias y anécdotas que se impregnan en sonidos. 

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De los primeros de este siglo, Olivo Parcaroli, nacido en Italia, abrazó el tango en Bahía Blanca y fue maestro de los que vendrían. Como patriarcas del fueye encontramos a Antonio Volpe (Punta Alta) y Aníbal Vitali (Bahía Blanca), tanos en su ADN que defendieron al Tango casi por un siglo. Otros más conocidos por sus Orquestas fueron Carlos “Turco” Amado y el “Gordo” Nicolás Tauro quienes, como otros tantos de la época, llenaron de música las radios, carnavales y bailes de Bahía a toda la Patagonia. Luis “Palito” Bonnat, Héctor “Chino” Silva y Raúl “Ruso” Girou, fueron los fueyes que hicieron su camino por Buenos Aires y volvieron a Bahía pisando fuerte con su experiencia al haber compartido y grabado con los grandes de la época. Omar “Gallego” Martínez, intuitivo y querido por todos, mantuvo la antorcha tanguera hasta el fin del siglo XX. Humberto Bruñini, músico autodidacta, fue también luthier y supo fabricar sus propios Bandoneones BB. Lucio Passarelli, pianista y compositor, conoció y aprendió de todos ellos. Al componer con su lápiz y un pentagrama se convierte en un fueye más. José “Ossie” Scheffer, nacido en Rusia y radicado en Coronel Suárez, es ejemplo de que el tango recibió a todos y llegó hasta los lugares más remotos.